(Entre continuación y apéndice del texto anterior)
Las cosas nunca se quedan como están, y pasa lo mismo con
La primera razón por la que ocurre esto es la conocida divisa de “división Religión-Estado” de una sociedad desarrollada. Según la visión modernista, un Estado intrínsecamente relacionado con la religión es signo de debilidad, de subdesarrollo.
La segunda razón es que
Los primeros en combatir la hegemonía del 25 de Diciembre vendrían a ser los judíos (quien veía especiales navideños de los monos animados en los años 80 y 90 recordará como de a poco se reivindicaba el Hanukkah). Las minorías raciales también encontrarían su contraataque con la creación del Kwanzaa. Pronto, los espectadores postmodernos buscarían de una cultura a otra alguna festividad acorde para celebrar a su manera, sin compromisos, sin importar lo rebuscado de su origen; desde el rescate de
La navidad secularizada, como se vio, es resultado de nuestra sociedad políticamente correcta. ¿Y qué pasa con los que no les interesa la condición postmoderna? Es aquí donde nace un singular conflicto, entre los que abogan por el discurso de una sociedad que debe aceptar todas las formas de cultura humana, y los que crecieron con el discurso de que
Un caso especial que quisiera tomar como ejemplo, son los numerosos boicots que se han organizado en contra de las grandes tiendas estadounidenses por marketear su versión secularizadas de las fiestas. Esta es una tendencia iniciada alrededor del año 2004, y que ha presionado con fuerza entre los empresarios. Es una maravilla para los lingüistas: el conflicto puede originarse por el simple hecho de que los vendedores utilicen las palabras “felices fiestas” en lugar de “feliz Navidad”.[1] Actualmente, las guerillas y protestas de los cristianos occidentales reflejan una especie de paranoia; sostienen la creencia (debatiblemente no irracional) de que el mundo del siglo XXI ejerce una campaña de “anticristianismo”. Pero eso ya sería materia de un artículo propio.
Como referencia videográfica final, recomiendo el capítulo de South Park Mr. Hankey, the Christmas Poo (o como lo traducían los venezolanos o colombianos o quien fuera que hizo el doblaje que vi: “Sr. Mojón, la caca navideña”).
[1] Navidad en inglés es Christmas, palabra que refiere directamente a Cristo, por ello es que resulta políticamente más “peligrosa” que nuestra Navidad.
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