domingo, 6 de abril de 2008

Arrastrándose en mi piel



Yo tenía razón.

Un domingo cualquiera en una tarde cualquiera. Salida con el Pater-Familis y el Pendejo. Veníamos de ver al primo recién nacido[1] en el hospital-mall que se ubica en Vitacura. Es un bebé ordinario, con las partes usuales: brazos, piernas, una cabeza, 2 ojos… me quedo pegado viendo su dedo meñique de bebé, no mayor que una pepa de uva. Como nos quedaba cerca, partimos a tomar once al mall Portal La Dehesa: un leviatán de cemento y palmeras en (¡duh!) La Dehesa. Es el pináculo de los malls, tanto así que el objetivo de la construcción es emular a la perfección el ambiente edulcorado de los malls californianos. Cosa que lo hace un espacio inútil durante la mitad del año porque se llueve todo, pero importa poco comparado con la maravillosa sensación de creerse en CALIFORNIA FUCK YEAH!!! Nos sentamos, ordenamos crepes y las comimos.

Pater-Familis necesita ir al Jumbo a comprar unas cosas. Yo digo que los veo de ahí, que quiero pasear. Lo que en realidad significa “babearme en la tienda tecnológica y apreciar las novedades en la librería”. Pronto me quedo sin nada que hacer. Prendo un cigarro… y entonces… de la nada, aparecen. Primero identifico lo más básico, una chica de peto y pantalón negro. “Ya, raro ver a alguien así en un lugar como este, pero puede pasar”. Pero detrás de ella, vienen más. Desfilan ante mí botas negras, ankhs, maquillaje a lo Cuervo. Pronto cuento a mi lado unos 15 seguidores de Lestat. Y para mí, es una bendición de los cielos, una epifanía orgánica y ambulante.

Me explico: hace un tiempo ya, en una clase sobre campos y habitus, me explayé sobre cómo, según mi visión, la cultura en estos tiempos es más una elección que una herencia. Esta nueva forma de adentrarse a un campo propio es, entre otras cosas, comprender esa banalidad que los medios masivos llaman “tribus urbanas”, colectivos formados a partir de parecidos en aficiones y no de clase. Hablé sobre cómo estas comunidades (con la ayuda de la interacción virtual) estaban de a poco destruyendo todo lo que los sociólogos conocen sobre teoría de clase. Hablé incluso de cómo algunos antropólogos contemporáneos ya comenzaban a patentar la “idiosincrasiología” (lamentablemente, mis fuentes (y el nombre tentativo para este nuevo enfoque) han quedado en el olvido).

Y hubo discusión como Dios manda. Y muchas cosas se dijeron, cosas que podría resumir como “estás equivocado”. Una frase final, la que dio por terminada a la discusión, martillea en mi cabeza desde entonces: “¿Y entonces por qué no vemos góticos en el mall?” Yo sabía que eso era falso, pero sólo en papel, a través de personas que viven en otros lugares muy apartados de acá. Y tampoco es que me vaya a pasar la vida metido en un mall para comprobar mi punto, sin que eso sea a lo que me esté dedicando como profesional.

Volviendo al presente… tengo razón, me repito. No significa que pueda postular la gran teoría del siglo XXI sobre cultura y subcultura, pero al menos puedo decir que: lo que describo acerca de lo que está pasando, parte de casos reales. Podría estar atestiguando en esos momentos la caída del tótem que es Pierre Bourdieu. Podria estar comenzando una nueva definición de la cultura.

Lo otro es qué diferencia hará cuando se acabe la “fase de experimentación”, y a los pendex les toque ser hombres y mujeres dominantes.


[1] Una queja que siempre quise plantear: ¿Cuál es la manía de los ingenieros comerciales por tener hijos? ¿Tendrán ADN de hámster en el organismo?

3 comentarios:

Juan Emar dijo...

Pues suerte con su reformulación teórica.

Con respecto a los ingenieros comerciales mis pesquisas me indican lo que parece ser un "habitus", o un "deber ser" (según como se lo mire) de los altos ejecutivos.

Al igual que en las fuerzas armadas, a partir de cierta edad se espera que están casados, y formen una familia. Si no lo hacen, sus perspectivas de ascenso disminuyen fuertemente.

Y esto no es solamente porque se quiera filtrar (velada y burdamente) a los homosexuales, sino porque la imagen de tener una esposa e hijos proyecta una "estabilidad" y un "si tiene esposa que lo aguante, entonces es una persona con la que se puede lidiar".

De ahí en adelante, en las comidas importantes, se pueden sentar con sus señoras en la mesa del jefe que también estará con su señora.

Si nos ponemos fríos, habría que decir que finalmente hay una razón laboral-curricular para sentir la necesidad de casarse y tener hijos.

Vicente Vadich dijo...

Perdón por el atraso. No suelo contar con los coemntarios.

Si fuera una cuestión del alma cándida vs. La Moledora de Carne no me preocuparía tanto. No sé si pasaste por el seminario de Mike Savage, pero en una comparativa de hábitos culturales entre Inglaterra y Chile, uno de los puntos más notables fue el tema de la incorporación de hábitos "de adulto" en los jóvenes. Mientras que los jóvenes británicos sufren de una transformación gradual hacia el comportamiento adulto, los jóvenes chilenos mutaban por completo de un salto.

Es un absurdo propio del chileno, que yo conocía de antemano por experiencia (conozco de primera persona a varias de esas quimeras llamadas "adultos jóvenes) y desde hace tiempo que me interesa el cómo es que los chilenos pueden abandonar así de fácil todo lo que creían y eran en pos de unas camisas de las del cocodrilo. ¿tan débil es la identidad de los hombres?

Anónimo dijo...

La verdad es que la frase-pregunta-argumento de la inexistencia de los góticos en los Malls es más mala o, a lo menos, tan mala como el natre. Sospecho que aquello se debe a una extrema laxitud del todo impertinente en la utilización del concepto de habitus. Las prácticas generadas por disposiciones y predisposiciones incrustadas en las conciencias y en los cuerpos de los individuos están basadas en su posición en el campo social, sumatoria que superpone la posición de éstos en los diferentes campos. El punto no es que exista un habitus de gótico (hay prácticas propias de la comunidad temática)sino más bien que dado que posee un determinado hábitus ese tipo tiene predisposición a ser o no gótico o la wea que sea. Muy determinista?, joder que si...pero funciona relativamente bien. Relativamente, porque hace más de una década que simkus y peterson mostraron el cambio en los gustos basados en clases (Froms the snob to omnivore, del 95). En fin...es verdad que hay un serio cambio en los factores de clivaje cultural (lo que sea que el pariente pobre de lo estructural signifique), pero Bourdieu sigue ruleando!