lunes, 17 de diciembre de 2007

Carta abierta a Don Campusano


Me ha llegado carta. O más bien, post.

En su blog dice que es "ortográficamente correcto", por lo que le pido que aclare en su 5º párrafo cuando dice "y se revelan" ¿quiere decir que se muestran tal cual son? ¿O quiso decir "reBelan", vale decir, que se alzan contra un poder o el Status quo?

En su párrafo final habla de su colección tal vez "no basta, pero si admirable" ¿Quiere decir que su colección no es suficiente? ¿O que no es "Vasta", vale decir, extensa?

De cualquier forma, bastante bueno su post. Con cordialidad

Profesor "usted no lo diga" Campusano

Don Campusano: La perfección ortográfica es más que una serie de reglas y estándares para obedecer: es una actitud hacia la vida. Al incluir el banner de “Se habla español” en mi blog, lo que hago es afirmar mi posición. Es mi deseo de llevar a cabo un sitio donde se maximice el esfuerzo por escribir dentro de las reglas de la ortografía castellana.

No aspiro a la perfección, se qué voy a equivocarme: una coma irá donde no debería, una b de burro estará donde debería existir una v de vaca, un acento se perderá en el infinito. Y sin embargo, puedo dormir tranquilo y conciente que de estos errores existirán, puesto que Herrar es Umano.

Porque tengo un sueño: una red virtual donde pueda navegar libremente, sin tener que bizquear, traducir algún jeroglífico oscuro o injuriarme por la ignorancia de la gente. Esta es mi decisión personal.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya pesadilla, Don Vicente. No me imaginaba que usted fuera tan, pero tan, obediente. Sorprende que en vez de aprovechar las ambigüedades de sus palabras malformadas, que tan ricas interpretaciones podrían haber fundado, como lo demuestra Campusano, usted se de el gusto de hacer toda una parafernalia del trivial asunto, o como usted mismo lo calificaría, un asunto de mero herror umano.

Sobre todo llama la atención que su actitud hacia la vida se funde en la perfección ortográfica. La ortografía no es un asunto trivial, eso hay que tenerlo en cuenta y se ve que usted muy bien así lo entiende. Bajo el lema “limpia, fija y da esplendor” surge en el siglo XVIII (1713), el diccionario, la gramática y la ortografía como un sistema normativo y normalizador unificado amparado en la Real Academia Española. No es que antes no existiera tal sistema normativo del lenguaje. No hay que olvidar el papel que de los escribas en los Imperios, o los monjes en las eras monásticas, etc. Sin embargo, lo que surge en el siglo XVIII es un tipo de institucionalidad, ajeno en principio al poder monárquico, que busca normalizar, a través de un solo sistema, el lenguaje. Esta normalización del lenguaje “español” se lleva a cabo en un contexto donde la corona española era dueña de una gran extensión del orbe, por lo que era necesario mantener un solo sistema de escritura para los distintos documentos legales, comerciales, militares, etc. Pero aún más, tal unificación y estandarización de la lengua, se impuso de igual forma como homogeneizador cultural.

Limpiar la lengua de la cantidad de dialectos formados tras la colonización fue en principio la tarea de la Real Academia Española, que luego, bajo el amparo de la ley real pudo triunfar en su empresa hasta hoy día. No es que se hayan eliminado las diferencias en el lenguaje, los dialectos, esto incluso se puede verificar en las reformas que la academia implementó para llegar a aceptar el carácter multifacético y escurridizo del lenguaje. Lo que no hay que dejar de tomar en cuenta es que hoy aun se apela a una unidad lingüística amparada bajo una organización institucional que de forma “arbitraria” impone leyes, organizaciòn que no deja de ser una especie de “policía” de las lenguas.

Me sorprende que usted, al haber escrito un articulo criticando la industria cultural, pretenda hacer de la ortografía un asunto de actitud hacia la vida, excluyendo de la vida los azares que dificilmente pueden ser comprendidos por algúna ley, menos aún la ortográfica.

Vicente Vadich dijo...

Y si escribimos, de otra forma, los dialectos de pueblos olvidados (adivinándolos, de que otra forma), ¿estos se alzarán de su tumba? Si cambiamos todas las c por k en nuestros textos, ¿estaremos más cercanos a la caída del Estado? (¿El Estado sigue siendo amenaza?)Una cosa es tener por sabido y aceptado la normalización, y otra es la acción que se hará con este conocimiento. Por ejemplo tenemos a Michel Foucault, que después de investigar la biopolítica (guiño guiño), decidió reverlarse practicando la biolibertad (en lenguaje común, ser un cochino excepcional)¿Es esa la respuesta? Contra la normativa, desnormativizarse; si la moral cristiana me dice que amo al prójimo, ¿me liberaré de la opresión al tirar a mi abuelita por las escaleras? pues yo lo dudo. Los supuestos rebeldes de la norma nos han hecho creer que este sistema de opuestos sí existe. Lo único que logran es someterse a la mayor opresión de todas: los binomios. Para todo bien existe un mal, para todo orden existe un caos. La norma crea un doble espejo delimitando lo que es sacro y lo que es profano, y los rebeldes caen al autoproclamarse profanos.

Existen ciertas propociciones que, siendo bien justificadas, las acepto como válidas. Usar la arroba para reconquistar un área de exclusividad chauvinista me parece, aunque poco estético, una interesante propuesta a la que prefiero no adherir. Sobre el lenguaje xat, también lo acepto, en medida de que se mantenga dentro del ámbito casual para el que fue creado. No tengo ganas de andar leyendo "la haverrasíon del eztrukturalizmo".

Un error es un azar al que profeso respeto. Acepto que me equivocaré por aquí y por allá. ¿Cuánto azar más es necesario? Ya tenemos bastante azar en la intepretación de las interpretaciones. En el azar del resultado de las búsquedas en Google que den como resultado mi humilde sitio (que de azarosas tienen en realidad bien poco, si uno se informa). "Al saber que no soy libre, me hago más libre", nos parece decir Foucault en su léctura. La vía para reaccionar varía. En mi caso, creo ver necesaria la tiranía ortográfica. Porque, por mucho que nos hagan creer que todo está controlado, en realidad no lo está. Porque el caos es algo inherente a nuestras vidas , es algo vivo y presente. Por supuesto, esta aceveración dejaría sin trabajo a los predicadores del caos; y prefieren pensar que todo es control. Elijo alinearme con el orden gramatical porque la acepto ideológicamente vital. Ya que, en la comunicación humana, encontramos el ejemplo más perfecto del caos.

Anónimo dijo...

Yo creo que usted le puso mucho.

Simplemente era pedir la aclaración de las palabras que parecía haber escrito mal. Lo cual hace una contradicción obvia con un banner de "ortográficamente correcto".

En todo caso no era por un asunto de imposición ortográfica de que la palabra esté mal escrita, sino porque el poner una "b" o una "v", en las palabras que yo le aludía cambia la palabra y su SENTIDO.
Nuevamente, no es lo mismo rebelar que revelar o basta que vasta.

Así que eso de la ortografía como "actitud de vida" me huele a que es algo equívoco (aequivocus, latín para iguales voces o llamados) y un maquillaje de lo que finalmente parece ser un error.

Gengis tiene razón, usted pierde la oportunidad de jugar con la ambigüedad de las palabras "conflictivas", y se enreda en defender algo que no parece muy defendible.

Siento si lo herí en su orgullo, no era mi intención. Pero por otro lado, esto le permitió divagar y dar rienda suelta a la verborrea propia de todo bloguero, así que me alegro de haberle dado tema.

cordiales saludos

P.S.: Está claro que un "herror" lo comete cualquiera, no se lo discuto, pero no querer reconocer los errores ni intentar enmendarlos pasa a ser una tozudez voluntaria. Y eso sí que es censurable.